Hasta hace unos pocos años, tratar de levantar un negocio en línea era un privilegio reservado para quien pudiera pagar por servidores costosos y el ancho de banda necesario para soportar el tráfico.
Si algún individuo o grupo de emprendedores lograba conseguir algo de capital de riesgo y levantar un sitio que se volvía extremadamente popular antes de hacerlo rentable, era muy común de que desapareciera víctima de su propio éxito, ante la imposibilidad de conseguir más recursos que lo mantuvieran con vida hasta encontrar una fórmula que le permitiera cubrir los costos operativos y soportar su crecimiento.
Un similar panorama deben enfrentar los departamentos de sistemas de empresas de rápido crecimiento. La solución aún vigente cuando se requiere de más poder de cómputo es adquirir más equipos, con los problemas inherentes de escalibilidad.
La nueva generación de servicios está alterando la forma en que las empresas y negocios implementan sus soluciones computacionales. Según datos publicados en Techcrunch, provistos por un alto ejecutivo de Amazon, los usuarios de los Amazon Web Services (AWS) llegarían a los 60.000 e incluirían divisiones de bancos, empresas farmacéuticas y grandes corporaciones que probaron los AWS en «algún proyecto temporal y quedaron enganchados».
Pero, ¿qué son los AWS? Son una colección de servicios de computación remotos distribuidos sobre la internet, con el objetivo de permitir a los desarrolladores elaborar aplicaciones en un entorno fiable y escalable. Al contratar estos servicios, no hay que preocuparse por los servidores, los equipos de networking o el estado de los cables: es un outsourcing con Amazon, quien proveerá de su robusta infrasestructura y poder de cómputo.
Esto es conocido como Cloud Computing o Hardware As Service, una simplificación de los centros de datos que se apoya en las tecnologías de virtualización para reducir su complejidad. Por ejemplo, al alquilar un servidor privado virtual (VPS) para montar un sitio web, estoy usando un servicio remoto a través de la internet (cloud) que me provee del almacenamiento y poder de cómputo necesario para llevar a cabo mi propósito, por una fracción de lo que costaría montar mi propio datacenter en mi casa. Amazon fué la primera empresa en vender el cloud computing como servicio.
Las aplicaciones de los modelos de cloud computing se están expandiendo rápidamente a medida que caen los costos de conexión y la evolución de la arquitectura de los procesadores favorece el desarrollo de sistemas multinúcleo que potencian el rendimiento de las aplicaciones que se ejecutan en paralelo.
El pasado 8 de Abril, fué lanzado el Google Apps Engine (GAP), un servicio que permite a los desarrolladores correr sus propias aplicaciones en la infraestructura de Google. Aunque el GAP compite en varias formas con los AWS, el enfoque es diferente.
En el modelo de Google todos los servicios están agrupados en un solo paquete, lo cual permite ejecutar las aplicaciones bajo un solo techo, a diferencia de la necesidad de usar los servicios individuales con el modelo de Amazon. Actualmente, el servicio se encuentra en modo Preview, el registro es gratuito y se mantiene sin costo mientras que las aplicaciones utilicen menos de 500 Mb de espacio en disco, 200 millones de megaciclos/dia de CPU y un total de 10GB de ancho de banda. Google estima que esto será suficiente para 5 millones de páginas vistas por mes, aproximadamente.
Una vez finalizado este período de prueba, Google anunciará los costos de los recursos adicionales.
¿ Es el cloud computing el inicio de la desaparición de los servidores de los centros de cómputo? Estimo que en los negocios y empresas pequeñas, este modelo seguirá ganando adeptos y, en consecuencia, veremos menos equipos en los armarios de comunicaciones, mientras que en los grandes datacenters probablemente se implemente alguna solución híbrida, como el respaldo de archivos o la delegación de una buena parte de los procesos que más recursos consumen.