El proceso de aprendizaje del ser humano se basa, en esencia, de aprender de los errores. Errores que son usualmente dolorosos. La tecnología no escapa de esta realidad, y en particular los ataques a sistemas informáticos, tan viejos como la necesidad del ser humano de descifrar el funcionamiento de estos equipos. Hoy en día vivimos una pugna entre los promotores de la tecnología (gobierno, sistema educativo, sector privado) y los atacantes de sistemas informáticos. Los primeros quieren masificar el uso de la tecnología con objetivos sociales como la democratización del acceso a la información o la mejora de los servicios…