No sé si estoy equivocado, pero esta presentación del teléfono, tal vez, más esperado y que más filtraciones ha tenido, no fue lo que muchos esperábamos. No voy a entrar en describir detalles del teléfono, porque la mayor parte de las cosas ya se sabían, claro que no oficialmente.
Un poco crecido con 4 pulgadas, una cámara igual que la del iPhone 4S con una pequeñísima mejora, un nuevo procesador, y un nuevo dock para datos y cargas es lo que más destaca, haciendo pensar a muchos comprar o no este nuevo terminal.
No me olvido del LTE, sólo lo dejo en segundo plano, por razones muy fáciles de entender, al menos para los latinos, donde esta tecnología aun no despega, e incluso en Ecuador ni se escucha de ésta en el público normal.
Seguramente Apple tendrá ventas elevadas, pero es muy posible que no como en ocasiones anteriores donde el iPhone ha sido revolucionario, diferente y adelantado a las otras compañías que luchan por igualarlos.
Tiene su fiel fanaticada que de alguna u otra forma tratarán de obtener el iPhone 5 a como dé lugar, pero el mundo está lleno de más consumidores que no sólo compran por el logo de la manzana.
Cuando se presentó el primer iPhone se hablaba que Apple estaba por delante de sus competidores con años de ventaja, ahora esa ventaja ha desaparecido, muchas de estas compañías han trabajado duro para ofrecer dispositivos a la altura de Apple, por no decir mejores.
Apple ha decepcionado en cierta forma a gran parte de sus aficionados racionales que esperaban una verdadera revolución de lo que sería este nuevo terminal.
Qué decir del público normal, que se lo pensará dos veces en elegir entre este nuevo teléfono y las opciones que otros fabricantes puedan ofrecer con mejores características acorde a las necesidades de cada uno.