Según un estudio publicado en techradar, todo indica que así es. Y no me refiero al gusto de las nuevas generaciones (y algunas no tan nuevas) en series como Twillight o Miley Cyrus. Es el Internet lo que nos está volviendo menos reflexivos, y estúpidamente pasivos. Siempre han existido resistentes a nuevos avances. Desde la invención de la rueda, que para algunos no era más que un medio de olvidarnos de cómo caminar, o con la invención de la televisión, quejándose de la pérdida de interés en la lectura en general.
Muchas de estas no son mas que excusas a algo que no logran entender bien. Pero, los quejumbrosos del impacto del Internet en la humanidad pueden tener algo de razón. Y todo se reduce a un sencillo neurotransmisor: Dopamina. En toda actividad placentera que realizamos, desde el sexo hasta el resolver un crucigrama, nos da esa sensación de logro y placer. Esto va de la mano con las adicciónes, pues la persona se hace adicta a la producción de esta hormona.
Investigadores de la universidad de UCLA, encabezados por Dr. Gary Small, llevaron a cabo un estudio en el cual sometian a grupos de personas a diferentes estímulos: hacer zapping en un televisor, navegar en Internet y resolver un rompecabezas. En los 2 últimos experimentos, observaro la presencia de Dopamina en el proceso de descubrir información novedosa. Esto en teoría no es malo, el problema es la adicción a esta sensación de descubrimiento.
Y con ustedes, a su derecha, la dopamina. La falta de atención en un solo tema afecta nuestra capacidad de raciocinio. Este estudio demostró además que, el continuamente pasar a otra fuente de información sin profundizar en uno sólo provoca a la larga graves problemas de atención y un conocimiento flojo y poco profundo en muchos asuntos. Debido a esto, muchos jovenes e investigadores son incapaces de concentrarse en un trabajo en específico, junto con una aceptación tácita de conceptos sin comprobar las fuentes.
Es más. 6 de ca da 10 estudiantes consideraron que el indexamiento en Yahoo! bastaba para considerar la información presentada como verdadera.
El Internet es una herramienta. De cómo la utilicemos dependerá su impacto en nosotros. La pregunta es:¿Cómo maximizar los beneficios y reducir los riesgos?. En un ambiente tan competitivo y egoísta, resulta difícil hallar una respuesta. Lo único que se puede hacer es evitar dejarse arrastrar por la avalancha de datos existente, y tener criterio y autodominio en cuanto, cuando y cómo buscar lo que realmente se necesita.