Corre el año 2011. Obama disuelve el congreso de los EEUU dando paso a la unión Norteamericana. Las armas de fuego son prohibidas en todo el territorio estadounidense y los líderes conservadores son exterminados y recluidos en campos de concentración. Este es el apocalíptico episodio que plantea el videojuego 2011: Obama’s coup fails.
La mecánica del juego es simple: un grupo de patriotas rearman estratégicamente la resistencia frente al movimiento Marxista protegido por los Tigres Negros, la guardia pretoriana de Obama. Lo principal en el mismo es rearmar las unidades, entrenarlas y dirigirlas en batallas por el control y restablecimiento de la democracia, a la americana.
Clasificado por muchos como el sueño húmedo de la derecha, los creadores de United States of Earth, autocalificados como libertarios, se escudan en su odio a republicanos como demócratas por igual. Es más, están en proceso de creación de un escenario orientado contra la pasada administración a manos de Bush.
El juego en sí es bastante pobre tanto en gráficos como en la estrategia de defensa o ataque en sí. Sin embargo, esto lo conpensan con un abrumador caudal de, podría llamarse, información contra lo que consideran una amenaza contra el estilo de vida americano. Forums y referencias tácitas contra las violaciones de la administración Demócrata frente a su libertad es lo que ha vuelto este juego tan famoso, al punto de ser atacado por hackers algunas veces, como mencionan en su entrevista concedida a Wired.
Y no es este el primer juego de odio. Miles de bits han corrido en juegos mucho mejor ambientados con similares temáticas. Hablar de Mercenaries 2, Manhunt, etc. es hablar de videojuegos que sacan lo mejor o lo peor de cada uno frente a escenarios que para muchos serán una futura realidad. Ya en Venezuela videojuegos violentos han sido prohibidos, y en Suiza están planteando una alternativa similar en el Congreso.
¿Es esta una verdadera solución contra la violencia, o siquiera contra la honra ajena? ¿Cada quién tiene el derecho de odiar a quien desee? Pero la existencia de esos sentimientos son los que se cultivan en este tipo de entretenimiento. Para algunos no es más que simple diversión, otros se sumergen dentro de su conveniente realidad. ¿Hasta cuándo existirá este aparente divorcio?.
Muchos lastimosamente lo mezclan, y satisfacen sus mas oscuros deseos mediante los videojuegos. Quizás eso evite realizarlos en el mundo real. O quizás solo sirva de combustible, para que la menor chispa, de manos de descerebrados como Limbaugh y compañía ocurra una tormenta de alcances lastimosamente sangrientos.
Personalmente, odiaría que la tecnología fuera usada para fines tan ruines. Pero de los usuarios, no los políticos, depende hasta donde permitamos que el odio forme parte de nuestro entretenimiento, y por ende, nuestra vida.
Visto en Wired.