Un interesante experimento espacial realizaron Luke Geissbuhler y su hijo de 7 años lanzando un globo al espacio y grabando en video el recorrido del mismo por más de una hora usando una cámara HD.
Además de la cámara, en el globo también viajaba un iPhone que sirvió para ubicarlo geográficamente luego de su aterrizaje, a través de su funcionalidad GPS.
El globo alcanzó una altura máxima de 30,500 metros (100 mil pies) aproximadamente, cuando explotó por el desgaste y la falta de presión atmosférica y se precipitó de regreso a la superficie terrestre.
El aterrizaje se dio a tan sólo 50 km (30 millas) del punto de despegue, gracias a un rápido ascenso y dos patrones distintos de vientos. El artefacto fue encontrado en un árbol a 15 metros de altura.
Una muestra más de que la tecnología, el ingenio y el trabajo apasionado nos permite alcanzar nuevas metas cada día con las que antes sólo soñábamos.
Visto en TheNextWeb.com.