Muchos de los artículos que consideramos de uso diario, como son la radio, las fotocopiadoras, y los teléfonos, en realidad ya tenían una versión primitiva de hace más de 50 años. Es por ello que muchos de nuestros padres y con más seguridad, abuelos, habrán tenido ciertos empleos que actualmente están por completo descartados.
Gran parte de estos trabajos requerían una gran cantidad de tiempo y energía por parte del operario para realizar labores que actualmente son realizadas por sistemas automatizados de manera más rápida y eficiente. Veámos algunos de estos curiosos trabajos, ahora obsoletos:
Uno de los empleos más curiosos encontrados, es el del copiador. Este hacía en papel de red de comunicación en los grandes salas de prensa. Se encargaba de recoger los telegramas, tipearlos y mimeografiarlos para todo el que lo necesitase.
Además de eso, apenas un reportero terminaba su historia, al grito de: Copia! debía comenzar el proceso de añadirle destinatario, asunto y resignarlo al escritorio correspondiente. Para este trabajo de seguro se necesitaba un buen físico, además de una constante alerta a los cambios y a veces caprichos de los periodistas.
Eran los últimos en irse, puesto que mientras un periodista o directivo necesitase distribuir algo, un copiador debía de mantenerse en su puesto.
Otro empleo muy interesante resultaba el de lector. En las grandes haciendas tabacaleras de Cuba y empresas de costura de New York, donde miles de personas tenían trabajos monótonos de larga duración , ¿cómo podían hacer su estancia más llevadera?. Muy sencillo, poniendo a un lector a realizar su trabajo:leer.
Leía no sólo las noticias del día, sino además cuentos, historias, cartas, en fin, cualquier documento que pudiera ser relevante o al menos entretenido. Mayormente eran usados como medios de propaganda político, en especial para los sindicatos.
Y no hay que olvidar a los operadores de centrales telefónicas. La primera central de este tipo existió en Boston, para la década de 1880. al principio se emplearon a jóvenes a conectar una llamada entrante a su destino, mediante un tablero de cuerdas. Cada tablero tenia un conjunto de números destinos, por lo que al conectar en el terminal correcto se daba paso a la llamada. Huelga decir que, debido al elevado número de bromas que realizaron en las conexiones, las compañías telefónicas prefirieron sentar mujeres en este oficio, manteniendo esta tendencia por más de un siglo.
Resultaba interesante conocer que en llamadas de larga distancia, el número de terminales disponibles era pequeño, por lo que a veces la operadora tenía que cortar una llamada, reconectándola cuando la demanda hubiese bajado.
No cabe duda que los antiguos se las arreglaban como podían para comunicarse, trabajar, entretenerse, y demás actividades que a principios del siglo XXI seguímos realizando, sólo que usando medios y empleos totalmente diferentes. No cabe duda que tecnologías como la radio, las redes de comunicación y demás gradualmente dejaron sin empleo a miles de personas. Pero este no fue un proceso inmediato, y permitió a mucha gente adaptarse y multiplicar el trabajo en otras áreas. Por ende, los avances deben verse como retos y oportunidades para progresar, no como amenazas a las cuales hay que evitar.
Tomado de National Public Radio.